46 Asesinatos Diarios de Civiles en un Irak Arrullado por el Entetanimiento

El pasado mes de mayo, tal como informa el Ministerio de Sanidad Iraquí (cuyos miembros han sido designados "a dedo" por la Autoridad de Ocupación), se produjeron más de 1.400 asesinatos de civiles en el país; no estando incluidos en esta cifra los muertos civiles víctimas de atentados con bombas. La cifra no incluye tampoco a los militares y sólo a los civiles asesinados individualmente, la mayoria de ellos de un limpio tiro en la cabeza y encontrados por las autoridades en las calles de Bagdad. Según estas cifras, que hay que recordar son las oficiales, por lo que con toda probabilidad deberían ser mucho más altas, se trata del record de muertes durante toda la ocupación iraquí, record que, segun las propias autoridades, no es casual sino que forma parte de una ola creciente de violencia que parece no haber hecho más que empezar. Este incremento inusitado de la violencia en el país está siendo estudiado por las autoridades norteamericanas que han iniciado una serie de medidas tendentes a ponerle fin, como son la contratación de un número indeterminado de mercenarios extranjeros para aumentar la seguridad, el traslado desde Kuwait de 1.500 soldados estadounidenses a la capital iraquí y la puesta en marcha de un "Plan de Pacificación" cuyos detalles y naturaleza no han trascendido.

[En la imagen, un muerto iraquí más para la estadística]

Seguramente es el entetanimiento quien ha impedido a la Autoridad de Ocupación que considere la posibilidad de, sencillamente, establecer un calendario para la retirada de las fuerzas ocupantes del país; medida que, curiosamente, representa la voluntad de una abrumadora mayoría de la población iraquí pues, según resultados de encuestas cuya fiabilidad ha sido avalada por la comunidad internacional, y cuyos resultados concuerdan con las observaciones de todos los analistas independientes, 5 de cada 6 iraquíes cuestionados desearían que las fuerzas de ocupación abandonaran el país de inmediato. Pero, naturalmente, nosotros, occidentales inteligentes y capaces no podemos dejar que esos pobres barbudos ignorantes con turbante se gobiernen a sí mismos manejando sus propios asuntos y, merced a nuestra benevolencia y generosidad, consentiremos en seguir invadiendo su país, durante el tiempo que haga falta, pisoteando sus derechos y aprovechándonos de sus recursos naturales; pero siempre, siempre, eso sí, por su propio bien.